Carl Rogers propone la idea de que la
personalidad de cada individuo puede analizarse según el modo en el que se
acerca o se aleja a un modo de ser y vivir la vida al que él pone la etiqueta
de persona altamente funcional.
Las personas altamente funcionales se
caracterizan por estar en un proceso constante de auto-actualización, es decir,
búsqueda de un ajuste casi perfecto con los objetivos y las metas vitales. Este
proceso de desarrollo personal se encuentra en el presente, por lo que siempre
está en funcionamiento. De este modo, la personalidad de las personas altamente
funcionales es, para Carl Rogers, un marco en el que fluye en tiempo real un
modo de vivir la vida que se adapta a las circunstancias constantemente.
Según Carl Rogers, los rasgos de la personalidad que definían a las personas altamente funcionales están definidos según
las siguientes cinco características.
1. Apertura a la experiencia
La personalidad de la persona
altamente funcional es, según Carl Rogers, muy abierta a la experiencia, en un
sentido amplio. No adopta una actitud defensiva por defecto ante lo
desconocido, sino que prefiere explorar nuevas posibilidades. Es por eso que
este tipo de personalidad se define por la aceptación de las emociones
asociadas a lo que se está viviendo, la no evitación de las "emociones
negativas" y la adopción de actitudes receptivas ante situaciones que no
son claramente peligrosas.
2. Estilo de vida existencial
Esta característica tiene que ver con la tendencia a asumir que es uno mismo quien ha de otorgar sentido a las experiencias que se viven en cada momento, a través de un proceso de creación de significado. De este modo, se deja que el modo de vivir el día a día sea espontáneo, creativo, sin intentar que todo lo que se percibe encaje a la fuerza en esquemas preconcebidos. El estilo de vida asociado a este tipo de personalidad, para Carl Rogers, se caracteriza por evitan la tendencia a perjudicar.
No se analiza el presente como algo
que debe ser explicado totalmente por las vivencias del pasado, sino que se
vive plenamente.
3. Confianza en uno mismo
Para Carl Rogers, el hecho de abrazar
una manera libre de vivir la vida conlleva fiarse del propio criterio y la
propia manera de tomar decisiones por encima de cualquier otro referente. La
idea es que, como nadie conoce mejor que uno mismo la propia manera de vivir la
vida, no se tiende a apoyarse en códigos de comportamiento impuestos desde
instancias externas.
4. Creatividad
El hecho de que las personas altamente funcionales de Carl Rogers sean enemigas de los dogmas y las convenciones hace que miren más allá de lo considerado como "normal". Esto proporciona las bases necesarias para que puedan desarrollar su personalidad.
5. Libertad de elección
El modo de ser creativo e innovador
de la personalidad altamente funcional teorizada por Carl Rogers hace que estas
personas sean capaces de encontrar nuevas opciones de comportamiento allí donde
aparentemente solo hay unas pocas. Esto define el carácter inconformista de
este tipo de personalidad, que es capaz de resolver paradojas en las que hay
una aparente contradicción entre las opciones que a priori parecen disponibles.
6. Carácter constructivo
Este tipo de personalidad muestra una
gran facilidad para dar respuesta a todas las necesidades de manera
equilibrada, de manera que las crisis son aprovechadas como oportunidades para
construir nuevas oportunidades y encontrar maneras de alcanzar niveles de
bienestar.
7. Desarrollo personal
El desarrollo personal es el motor
vital de las personas altamente funcionales. Se vive como un proceso de cambio
constante, en el que nunca se alcanza una meta final definitiva, sino que se va
pasando de una etapa a otra.
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